La juventud que sobrevivimos en el mundo rural desempeñamos un papel fundamental en la vida de los pequeños entornos en los que vivimos y formamos nuestra identidad, a pesar de que a menudo nos enfrentemos a desafíos únicos, como la falta de acceso a oportunidades educativas o de empleo, las personas jóvenes somos portadoras de una rica herencia cultural y desempeñamos un papel esencial en la sostenibilidad de las áreas rurales. La conexión que las personas jóvenes tenemos con la tierra y la naturaleza nos brinda una profunda apreciación por la agricultura y la producción de alimentos, y su participación en actividades comunitarias contribuyo esencial y especialmente al tejido social del entorno rural en el que haya nuestro hogar.

Sin embargo, la juventud rural también se enfrenta a obstáculos significativos, como la migración hacia áreas urbanas en busca de mejores oportunidades, lo que puede resultar en la pérdida de mano de obra esencial para la agricultura y comunidades en envejecimiento, así como la fuga de cerebros a otras comunidades autónomas para desarrollar la tarea profesional. Además, la falta de acceso a servicios básicos, como atención médica y educación de calidad, a menudo limita sus perspectivas de desarrollo y crecimiento personal. Por tanto, es fundamental que se promueva el apoyo a la juventud rural a través de políticas gubernamentales y programas de desarrollo rural que aborden sus necesidades y fomenten su participación activa en la vida rural.

Para fomentar el florecimiento de la juventud rural, es necesario invertir en infraestructuras y servicios, así como promover programas de capacitación y emprendimiento que les permitan desarrollar habilidades relevantes y encontrar oportunidades de empleo en sus comunidades. También se debe promover la preservación de la cultura rural y el patrimonio local, de modo que las jóvenes rurales sientan un fuerte vínculo con sus raíces y una conexión significativa con la tierra que cultivan. La juventud rural, con su energía, creatividad y compromiso, tiene el potencial de impulsar un cambio positivo en las áreas rurales y desempeñar un papel vital en la construcción de un futuro sostenible y próspero para estas comunidades.

Por ello y tras dos ediciones anteriores cargadas de éxitos el Consejo de la Juventud de Extremadura os invita a acompañarnos en la tercera edición del Congreso de Juventud Rural, un evento donde personas académicas, empresarias y otros organismos se dan cita con personas jóvenes de Extremadura con el objetivo e intención de reivindicar los aspectos positivos y las oportunidades que ofrece el medio rural, visibilizando a demás el orgullo de ser de pueblo. Es el momento de que nuestras voces vuelvan a alzarse para hablar juntas de las preocupaciones derivadas de la vida rural, así como de los aspectos pragmáticos que encontramos en los núcleos  y  poblaciones  rurales;  incidiendo  en  esta  tercera  edición  en  las oportunidades que podemos encontrarnos en el día a día de nuestros pueblos, para hablar de Desarrollo Rural.

Somos la juventud que marcha dejando atrás sus raíces sin quererlo, somos la era que no tiene miedo a experimentar nuevas formulas de trabajo, somos la generación que busca cómo quedarse en sus pueblos para vivir rodeados de naturaleza, de paisajes maravillosos y de comida de la buena, la que el abuelo siembra en el corral y la abuela cocina en la candela, a fuego lento.

“Soy de Pueblo”, campaña que impactó en la población extremeña y que actualmente es regionalmente conocida y públicamente reconocida, y que tiene por objetivo establecer estrategias para defender los derechos de la juventud rural no solo en el ámbito laboral, sino en una visión holística desde el relevo generacional en empleos rurales hasta las nuevas oportunidades que se dan en los entornos rurales, como las energías renovables. Nuestra comunidad autónoma y las personas jóvenes que vivimos en ella necesitamos respuestas, al igual que reivindicar necesidades y alzar la voz con la intención de romper estereotipos y eliminar mitos.

¡Ahíla juventú comprometía!

La campaña apuesta por derribar los estereotipos que encasillan y minusvaloran a la juventud rural y por reivindicar a los pueblos como espacios en los que es posible emprender, trabajar, iniciar un proyecto de vida y desarrollarse.

Fue creado en el año 1985, siendo la herramienta de democracia participativa de las organizaciones de jóvenes durante más de treinta y cinco años, de forma ininterrumpida, hasta la actualidad.